viernes, 18 de julio de 2025

"La Presa de Hatillo y los domingos de caos, miedo y terror"

 Por Oliver Aquino

Cada domingo, lo que debería ser un día de descanso y recreación para las familias de la provincia Sánchez Ramírez y comunidades cercanas, se transforma en un escenario de caos y peligro. Las corridas de motocicletas en la avenida Universitaria y, de forma alarmante, en el muro de la Presa, están generando serios problemas de convivencia, seguridad y salud pública, afectando uno de los pocos espacios turísticos, por no decir el único, accesibles para los residentes de los Municipios y Distritos Municipales de nuestra demarcación. 

La situación ha escalado al punto de que la población expresa su preocupación con creciente intensidad. Grupos suicidas de motociclista, en su mayoría jóvenes, invaden la zona sin ningún tipo de control, realizando piruetas temerarias, compitiendo en carreras clandestinas y generando un ruido ensordecedor con motores modificados. Las autoridades, hasta el momento, han mostrado una inacción preocupante, y su ausencia es interpretada por muchos como complicidad por omisión. Solo el pasado domingo 13 de julio se vio una acción responsable de parte de las autoridades.

Vecinos y visitantes habituales de la presa de Hatillo denuncian que estas prácticas han reducido drásticamente el flujo de familias que antes acudían a disfrutar del paisaje, practicar deportes acuáticos o simplemente pasar una tarde tranquila. “Ya no se puede venir con niños, uno no sabe si va a salir herido o tener un accidente por esos locos motoristas”, declaró una residente visiblemente indignada a este medio digital.

El fenómeno no solo representa una amenaza al orden público, sino que también golpea la economía local. Vendedores y pequeños comerciantes han visto disminuir sus ingresos dominicales debido a la reducción y el miedo generalizados de los visitantes. Además, el impacto ambiental no es menor: el paso continuo y agresivo de motocicletas deteriora caminos rurales y contamina la zona con residuos de aceite, gasolina y basura.

Es evidente que el problema requiere una respuesta institucional inmediata. No se trata solo de imponer controles de tránsito, sino de una estrategia integral que incluya acciones policiales, regulación vial, campañas de concienciación.

La Presa de Hatillo, orgullo de Sánchez Ramírez, merece ser protegida y su gente respetada. El turismo local no puede seguir siendo desplazado por la imprudencia producto del comportamiento Alofoke, mientras las autoridades se mantienen al margen o no encuentran la manera de enfrentar esa desgracia enemiga de la paz y la tranquilidad.

No es posible que el turismo se desarrolle en la provincia si le dejamos los domingos a los miles de jóvenes motoristas suicidas, no solo proveniente de nuestra localidades sino, que vienen de otras demarcaciones a sembrar el caos, el miedo y el terror en el tranquilo pueblo de Cotuí.

El llamado está hecho: es hora de actuar antes de que los domingos se conviertan, de forma definitiva, en sinónimo de miedo y terror.


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