martes, 23 de agosto de 2016

EXTENSIÓN DE LA JORNADA ESCOLAR O DEL TIEMPO ESCOLAR (2 DE 3)

Por Oliver Aquino, MA

En este artículo analizaremos  el régimen de Extensión de la Jornada Escolar de Argentina, por ser este un país en donde las provincias tienen autonomía en la implementación del modelo educativo a implementar.  El tipo de currículo implementado en cada territorio se diferencia atendiendo a las características  de la provincia.

Al iniciar el programa de la ampliación de la jornada escolar, el Ministerio de Educación de Argentina, fijo para el 2010 la meta de brindar una oferta de escuelas extendida o completa al 30% de los alumnos de educación básica, priorizando a los sectores sociales y las zonas geográficas más desfavorecida (Ministerio de  Educación de Argentina, 2012).

Los estudios realizados por el Ministerio de Educación de Argentina (Ibíd.) muestran que la extensión de la jornada tiende a desarrollarse primero en las escuelas con espacios ociosos, que no siempre son las que congregan a los alumnos más pobres. También la investigación destaca que la tasa de repitencia es mayor en las escuelas de jornada simple que en las escuelas con algún esquema de ampliación.

Una escuela de jornada extendida o completa ofrece la oportunidad de generar una propuesta formativa que cuenta con más tiempo para desarrollarse. Muy frecuentemente oímos decir que el tiempo que tienen los estudiantes para aprender los contenidos curriculares es poco e insuficiente. Los docentes también se quejan, pues señalan que tiempo no le permite pensar, intercambiar y evaluar sus proyectos de enseñanza de manera colectiva. (Dirección de Nivel Primaria, 2010).

El gobierno nacional de Argentina concertó con las provincias la implementación gradual del tiempo escolar, con el objetivo de incorporar tres horas diarias en segundo ciclo y completar la extensión en el primer ciclo. El gobierno nacional pautó aspectos relevantes del proceso de implementación, como priorizar las escuelas urbanas de alta vulnerabilidad.

El  modelo nacional de extensión del tiempo escolar acordado a nivel federal se inclinó por la jornada extendida de tres horas suplementarias (en lugar de jornada completa), estableció la asistencia obligatoria para los alumnos y priorizó el segundo grado. Dentro de los objetivos del gobierno federal con la jornada extendida tenemos: Garantizar el acceso a los aprendizajes obligatorios, Ampliar el universo escolar, favorecer otro modo de organización institucional y renovar las estrategias de enseñanza (Dirección de Nivel Primaria, Ibíd.).


En ese sentido, los responsables de la Dirección Nacional de Nivel Primario tenían la intención de no modificar  el componente curricular, pero sí proponer otros modos de enseñar. En la jornada extendida  se debe enseñar y lo que siempre se enseño (lengua española y matemática), lo que se debió enseñar y siempre tuvo lugar secundario (ciencias naturales, sociales y educación física) y los contenidos de la sociedad contemporánea ( TIC, lenguas extranjeras y educación sexual).

En la jornada extendida en la Argentina, se incluyó un espacio de acompañamiento al estudio. Este espacio tiene el doble objetivo de formar capacidades autónomas para el estudio y apoyar a los alumnos con dificultades.

Este espacio, conformado por grupos de no más de 15 alumnos, debería destinarse a la búsqueda de información, la organización de la agenda, la indagación en la biblioteca, la atención personalizada de necesidades especificas de aprendizajes, la realización de tareas, la recuperación para alumnos con inasistencias reiteradas, la actualización de la carpeta o la preparación  para las pruebas. Así planteado, el acompañamiento al estudio apunta a prevenir el fracaso escolar y facilitar la transición entre la escuela y la escuela media o secundaria. (Dirección Nacional de Nivel Primario, 2014).

En algunas provincias de Argentina en la política de extensión de la jornada escolar (EJE) primó la misión del cuidado de los niños, en otras la función de compensación de las desigualdades sociales y en algunos casos lograr mejoras en el proceso de aprendizaje de los alumnos así como mejor articulación con la escuela secundaria.

En los modelos provinciales de la EJE, recientemente comenzaron a priorizar de manera más clara los objetivos  pedagógicos: reducir el fracaso escolar, facilitar el tránsito hacia la escuela secundaria y diversificar la formación cultural del alumno. Desde comienzos de la década del 2000, las necesidades de reducir la sobreedad en el nivel primario, preparar mejor a los alumnos para el nivel secundario que se volvió obligatorio y ofrecer nuevas experiencias formadoras se fueron imponiendo en detrimento del cuidado y la compensación, sin que estos propósitos desaparecieran. (Provincia de Buenos Aires y EJE, 2010).

En la mayoría de la provincia, ante de la implementación del modelo de jornada extendida se procedía a ejecutar un programa de capacitación obligatorio, requisito previo para ingresar, se desarrollaron  instancia especificas para supervisores, directivos y equipos técnicos de apoyo pedagógico.

El Programa de Escuela de Jornada Extendida de la Provincia de Buenos Aires previó un año de capacitación para dirección  y docentes antes del inicio de la implementación de la política. Mientras que la capacitación de los docentes se centró en las dimensiones y didácticos (con énfasis en el juego como estrategia pedagógico), la de los directores puso el acento en la conducción institucional. (Los programas de jornada extendida de la provincia de Buenos Aires, 1998).

En la provincia de Córdova, se implementó para los docentes de inglés un curso de capacitación intensiva de un año, que se cursaba los sábados de doscientas ocho horas, cuyo principal fue la didáctica del inglés con un fuerte acento en la modalidad aula-taller.

 Un aspecto que debemos destacar es que a diferencia de la Política  Nacional de Ampliación de la Jornada Escolar, que privilegia la extensión en el segundo ciclo, la mayoría de las provincias optó por implementar la jornada extendida en toda la escuela primaria.

Las experiencias de la provincias de Argentina, revelan la existencia de un abanico de opciones también referido al tiempo escolar de extensión: van desde la política ¨Una hora¨ de Rio, que adicionó solo una hora diaria. Otras provincias duplicaron sus jornadas escolares y alcanzaron cuatro horas. Algunas la extendieron dos horas por días su jornada. Las provincias de Rio Negro  y de Mendoza extendieron al menos tres horas diarias.
 
Oliver Aquino
Profesor la universitaria UTECO, Cotuí,  y de Educación Técnico-Profesional
Posee una especialidad en Gestión de Centro Educativo en la UTECO
Maestría en Ciencia de la Educación Mención Gestión de Centros Educativos. UAPA
Economista-UASD
Magister en Mercadeo. UCATECI LA VEGA.


viernes, 12 de agosto de 2016

LA AMPLIACION DE LA JORNADA ESCOLAR EN AMERICA LATINA (1 de 3).

Profesor Oliver Aquino, MA.

Durante varios meses he estado reflexionando sobre las políticas de extensión de la jornada escolar implementada en América Latina animado por el empeño que ha puesto el gobierno dominicano en este tipo de política educativa como panacea para afrontar los  problemas de la educación de la República Dominicana.  

En ese sentido, Chile  (1997) fue el primero en implementar el régimen de ¨Jornada Escolar Completa Diurno¨. Luego le siguió Uruguay (1998), que implementó el programa `Escuela de Tiempo Completo`. Venezuela (1999), impulsó los programas `Simoncito` y `Escuelas Bolivarianas`.   Cuba en el 1993 con la `Extensión de la Jornada`, en el 2003. México (2007) con el llamado con el `Programa De Escuelas de Tiempo Completo`.  Argentina (2011) con el régimen de `Ampliación de la Jornada Escolar en el Nivel Primario. (UNICEP, 2013)

La política de prolongación de la jornada escolar en América Latina tiene diversas causas dependiendo las características de cada país y sus prioridades. En primer lugar, la necesidad de extender el cuidado de los niños (y la protección social)  producto de la inserción de la mujer en el mundo laboral. Además de aumentar las horas de atención a los niños mientras sus  padres trabajan, las escuelas debieron facilitar albergue, comida y protección para enfrentar los riesgos del trabajo infantil, las adicciones y los conflictos barriales. (Administración de Educación de Argentina, 2003)

En segundo lugar, los estudios nacionales e internaciones, que fueron señalando los bajos niveles y las profundas desigualdades de aprendizaje, empujaron el aumento de las horas de enseñanzas. Las dificultades de aprendizaje se reflejaron en las altas de `fracaso escolar`; fines de los noventa, la repitencia y la  sobreedad eran aún problemas irresueltos en buena parte de los países latinoamericanos.

Y en tercer lugar, la extensión del tiempo escolar es producto de la necesidad de transformar la educación primaria en la región, impulsado por las necesidades simultaneas de garantizar los saberes fundamentales y responder a la creciente  complejidad de la cultura contemporánea, incluidos los nuevos aprendizajes como las lenguas extranjeras o las nuevas tecnologías de la comunicación (TIC). Este aumento en las demandas no podía ser resuelto sin ampliar el tiempo de enseñanza.

El tiempo de extensión escolar entre los países (oscila entre tres y cuatro horas) son similares, pero los criterios la incorporación de las escuelas presentan variaciones. Excepto Cuba, durante el proceso de implementación se priorizó a las escuelas más desfavorables. Chile y México a las escuelas con más bajos resultados,. Venezuela y México se inclinaron por las escuelas de bajos resultados. Venezuela y Uruguay priorizaron a las zonas con altas tasas de población desescolarizada. (Administración Nacional de Educación Pública, 1997)

En lo curricular se identifican ciertos rasgos comunes y particularidades tanto en lo que concierne a lo contenido como en su autonomía. En todos los países mencionados, las horas suplementarias se destinan, sobre todo, a fortalecer los aprendizajes fundamentales. La focalización de los saberes indispensables pareciera ser particularmente intensa en Chile y Venezuela. Donde las escuelas deben destinar la mayor parte del tiempo semanal a la enseñanza de los aprendizajes obligatorios.

Las lenguas extranjeras es otro denominador común incluidas en todas las políticas, excepto en Venezuela. En Chile y Cuba se optó por el inglés como segundo lengua. También la educación física es una prioridad en los modelos de México y Uruguay; el uso de la TIC lo es en México y Venezuela.

Por otro lado,  los lineamientos curriculares admiten diversos grados de adecuación. En México, Uruguay  y Venezuela, la autonomía de las escuelas es parcial, ya que pueden definir los contenidos a desarrollar dentro de cada uno de los espacios curriculares predeterminado, en función de sus características especificas. En Chile las escuelas cuentan con un `tiempo de libre disposición` -de ocho a doce horas semanales según nivel- para organizar talleres ligados a sus proyectos  institucionales (García -  Huidobro y Concha, 2009)

En relación a los docentes a cargo de las horas suplementarias, los cincos países combinaron designación de los maestros de grado con docentes especiales para los talleres y espacios extracurriculares.  Cabe destacar que, en todos los casos, la carga horaria semanas de los docentes reserva cierta cantidad de horas institucionales, es decir, un tiempo sin alumno a cargo para la planificación, las reuniones entre docentes, la evaluación  o la interacción con las familias. En México y Venezuela ese tiempo es de cinco hora en Chile  es de dos horas y en Uruguay de dos horas y medias. (UNICEF, Ibíd.).

En Uruguay y México se puso énfasis particular en que extender la jornada escolar fuese también una ocasión para revisar las prácticas de enseñanza.  En estos países se promueve la metodología de taller, que se centra en la participación de los alumnos, el trabajo por proyecto, la modificación de los agrupamientos y la coevaluaciòn entre   docentes y alumnos.

En los próximos artículos profundizare en algunos aspectos medulares de la prolongación de la jornada escolar en América Latina y terminaré realizando una comparación del tiempo escolar aplicado en la República Dominicana.


El autor es educador universitario y de Técnico-Profesional. Posee especialidad en Gestión de Centros Educativos (UTECO). Magister en Ciencia de la Educación Mención Gestión de Centros Educativos (UAPA). Economista (UASD). Maestría en Marketing (UCATECI).